Los navegantes ansiaban ser canonizados.
Pero no lo lograron. Compraban y vendían
indios... Sé que no están salvados...
Los vi en un infierno. Pero no era un infierno
muy riguroso: los dejaban hablar de islas,
de viajes, de geografía...
Jacobo Fijman
El Otro
viernes, 10 de abril de 2009
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